SALMOREJO

Ingredientes (4 personas)

1 kilo de tomates

200 g de pan

100 g de Aceite de Oliva Virgen Extra Ecológico de Nutylicius

1 diente de ajo

sal de Añana de Nutylicius

2 huevos

Virutas de jamón serrano



Elaboración paso a paso

1.- Partimos los tomates y pelamos el ajo y añadimos los trozos al vaso de la batidora y batimos con fuerza.


2.- Una vez batido el tomate con el ajo, añadimos el pan en trocitos pequeños y dejamos que se empapen y ablanden un poco antes de batir la mezcla otra vez.


3.- Una vez batido añadiremos a la crema  un buen chorrito de Aceite Ecológico Nutylicius poco a poco mientras seguimos batiendo todo y sazonaremos al gusto.


4.- Coceremos los huevos (cuando el agua esté en ebullición añadiremos los huevos  durante 10-11 minutos). Hay que añadir al agua un puñado grande de sal de añana de Nutylicius, para que nos sea más fácil pelar los huevos una vez cocidos.


5.- Sólo nos queda meter el bol en la nevera y dejar que se enfríe, en un par de horas lo tendréis bien fresquito y perfecto para probar el mejor salmorejo cordobés.






Presentación:

Lo mejor es ponerlo en un plato hondo o cuenco y espolvorear con unas virutas de jamón serrano o ibérico fresco o crujiente. Además el huevo cocido y unas gotitas de Aceite de Oliva Virgen Extra Ecológico de Nutylicius le quedan perfecto. Pero no tiene por qué quedar ahí el tema, se puede probar a combinar la presentación con pepino, pimiento, cebolla, zanahoria, remolacha, melocotón… Pero esto os lo dejo a vuestro gusto, buen provecho.


Consejos y truquillos para hacer un gran salmorejo:


Los tomates deben estar maduros.

A mí personalmente me gusta añadirle un poco de vinagre de Jerez

Prepara el salmorejo con varias horas de antelación previas al momento de servirlo.

El origen del Salmorejo es difícil de establecer, aunque seguro que es un plato de origen popular, muy humilde y base de muchas de las comidas de los olivareros, campesinos y pastores. Posiblemente surja como aprovechamiento de trozos de pan duro, majados con agua, sal y ajo. En algún momento se le llegó a incorporar aceite y servía para dar soporte a restos de comida de otros días, nada que ver a los que le añadimos actualmente porque el jamón no solía ser para este plato.